MisDiabluras | Sexshop Online con Envío Discreto en España

Logo MisDiabluras tienda online bienestar íntimo

Baja libido, dolor y falta de deseo: guía completa para entender los problemas sexuales más comunes

¿Es normal no tener ganas, sentir dolor o quedarse a medias? Te explico por qué ocurren estos problemas sexuales y qué puedes hacer para empezar a mejorar.

Persona reflexionando sobre su bienestar sexual

Los problemas sexuales frecuentes (baja libido, falta de deseo, dolor en las relaciones, dificultad para llegar al orgasmo…) afectan a muchísimas personas, pero casi nadie lo cuenta. La vergüenza, el miedo a “no ser normal” o la falta de educación sexual hacen que muchos vivan estas situaciones en silencio.

La realidad es que la mayoría de estos problemas tienen explicación y, en muchos casos, solución. Entender qué puede estar pasando es el primer paso para dejar de culparte y empezar a cuidarte.

Resumen rápido: si algo en tu vida sexual te preocupa, te duele o te bloquea, no eres “raro/a”. Es mucho más frecuente de lo que parece y se puede trabajar.

¿Qué son los problemas sexuales frecuentes?

Hablamos de problemas sexuales cuando algo interfiere de forma repetida en el deseo, la excitación, el placer o la comodidad durante las relaciones, ya sea en solitario o en pareja.

  • No tener ganas o notar que el deseo ha bajado mucho.
  • Dolor, molestias o quemazón durante o después de las relaciones.
  • Dificultad para excitarse o para llegar al orgasmo.
  • Eyaculación muy rápida o erección poco estable.
Idea clave: un problema sexual no define quién eres ni te convierte en “menos”. Es un síntoma de que algo (físico, emocional o relacional) necesita atención.

Baja libido: cuando el cuerpo no responde

La baja libido es la sensación de que el cuerpo “no arranca”. Puedes querer a tu pareja, pero tu deseo está por los suelos o aparece de forma muy puntual.

Causas habituales

  • Estrés y cansancio mantenidos en el tiempo.
  • Ansiedad, depresión o bajón anímico.
  • Cambios hormonales: posparto, menopausia, anticonceptivos…
  • Algunos medicamentos (por ejemplo, determinados antidepresivos).
  • Problemas de pareja, discusiones constantes o falta de conexión emocional.

Qué puedes hacer

  • Respetar tu ritmo: forzarte solo aumenta el bloqueo.
  • Cuidar el descanso, la alimentación y el movimiento físico.
  • Empezar por contacto suave: masajes, caricias, momentos sin presión.
  • Usar lubricantes y vibradores externos que faciliten la excitación.
Recuerda: tu libido no es un interruptor que tengas que encender “porque toca”. Es una señal más de cómo estás por dentro.

Falta de deseo: cuando ni siquiera apetece empezar

La falta de deseo se nota como una sensación de “pereza sexual”. No es que tu cuerpo no pueda, es que no apetece iniciar nada, aunque luego, si te pones, puedas disfrutar.

Por qué suele ocurrir

  • Rutina y monotonía: siempre lo mismo, de la misma forma.
  • Desconexión emocional y falta de caricias en el día a día.
  • Presión por “cumplir” o por estar a la altura.
  • Imagen corporal negativa o vergüenza con el propio cuerpo.

Cómo reactivarlo poco a poco

  • Crear citas sensoriales: masajes, baños, música, luz tenue.
  • Separar el contacto físico de la obligación de tener sexo “completo”.
  • Introducir novedad: juguetes nuevos, juegos, contextos diferentes.
  • Hablar con tu pareja de lo que te frena, sin culpas ni reproches.
Tip: muchas personas descubren que el deseo reaparece cuando dejan de obligarse a “tener ganas” y se centran en volver a disfrutar del camino.

Dolor en las relaciones: ¿es normal que duela?

El dolor durante las relaciones sexuales no es algo que tengas que aguantar. Puede deberse a sequedad, falta de excitación, tensión muscular, miedo, traumas previos o condiciones como la dispareunia o el vaginismo.

Causas frecuentes

  • Falta de lubricación o lubricantes inadecuados.
  • Penetración demasiado rápida o sin preparación.
  • Ansiedad, miedo o experiencias previas dolorosas.
  • Infecciones, inflamación o problemas ginecológicos/urológicos.
  • Contracción involuntaria del suelo pélvico.

Qué puedes hacer si te pasa

  • Parar si duele: seguir solo refuerza el bloqueo.
  • Usar lubricantes de calidad y dedicar tiempo a la excitación previa.
  • Priorizar estimulación externa y juegos sin penetración.
  • Consultar con una fisioterapeuta de suelo pélvico o una sexóloga.
Mensaje importante: no estás exagerando ni “siendo delicada”. El dolor es una señal del cuerpo y merece ser atendido con respeto.

Dificultad para llegar al orgasmo

No llegar al orgasmo o quedarse siempre “a medias” genera mucha frustración, pero es más común de lo que crees. A veces se llama anorgasmia, y puede estar ligada a la falta de estimulación adecuada, a la presión o a experiencias previas.

Factores que influyen

  • Poca o nula estimulación del clítoris en personas con vulva.
  • Miedo a perder el control o a “hacerlo mal”.
  • Pensamientos intrusivos: “no voy a poder”, “tardo demasiado”.
  • Desconexión del propio cuerpo o educación sexual muy limitada.

Cómo puedes trabajar este bloqueo

  • Explorar tu cuerpo sin prisa, sin metas y sin juicios.
  • Usar vibradores externos suaves para aprender qué te gusta.
  • Practicar respiración y relajación para bajar la tensión.
  • Buscar apoyo profesional si te genera mucha angustia.
Piensa en esto: el orgasmo no es un examen que tienes que aprobar, es una respuesta del cuerpo que se aprende y se entrena con tiempo.

Eyaculación precoz y erección inestable

En personas con pene, la eyaculación precoz y las dificultades de erección son los motivos de consulta más habituales. Muchas veces están relacionadas con la ansiedad de rendimiento, el estrés o la presión por “dar la talla”.

Causas que suelen aparecer

  • Estrés, cansancio o preocupación constante.
  • Autoexigencia y comparación con el porno.
  • Falta de educación sexual y de información realista.
  • Algunos problemas de salud o medicación (en ciertos casos).

Qué puede ayudar

  • No centrar todo en la penetración: explorar otras formas de placer.
  • Jugar con ritmos más lentos, pausas y cambios de estímulo.
  • Usar juguetes para parejas que quiten presión al rendimiento.
  • Consultar con un sexólogo si la preocupación es constante o afecta a la autoestima.
No estás solo: muchísimas personas viven esto en silencio. Hablarlo y pedir ayuda puede aliviar más de la mitad del problema.

Pasos prácticos para empezar a mejorar

Más allá del problema concreto, hay pasos que suelen ayudar casi siempre:

  • Informarte para entender qué te pasa y dejar de culparte.
  • Cuidar el descanso, reducir el estrés en la medida de lo posible.
  • Si tienes pareja, hablar desde el “me pasa esto” y no desde el reproche.
  • Introducir juegos, texturas y vibración suave sin prisa ni obligación.
  • Pedir ayuda profesional si el malestar es grande o se mantiene en el tiempo.
Pequeño recordatorio: no tienes que arreglarlo todo hoy. Con que des un paso (informarte, hablarlo, pedir cita, probar algo nuevo) ya estás saliendo del bloqueo.

Recursos y profesionales recomendados

Si quieres profundizar o buscar ayuda especializada, estos recursos pueden orientarte:

Pedir ayuda es autocuidado: no significa que “no puedas solo”, significa que estás tomando en serio tu bienestar sexual y emocional.
Scroll al inicio